Como bien sabe todo autocaravanista, hacer parada en cualquier lugar, sin echar nada en falta, es una de las principales ventajas de viajar en una casa sobre ruedas. No obstante, a medida que el autocaravanista se va haciendo veterano, disfrutar de esta capacidad de decidir sobre la marcha, pronto pasa a ser un aliciente secundario, puesto que irá descubriendo otros grandes atractivos del caravaning. Entre ellos, la oportunidad de reencontrarnos con amigos y de ampliar nuestro círculo a otros nuevos. No en vano, si algo define a nuestra comunidad, es su apertura y sus valores, entre los que sobresale su carácter solidario y su respeto tanto por los demás como por el entorno.
Cualquiera que busque mantener este espíritu, será bien recibido. Por lo tanto, para lograr una buena acogida, lo esencial es tener en cuenta una máxima sobradamente conocida: nuestra libertad acaba donde empieza la del otro. De ahí que nuestra conducta haya de ser siempre la apropiada en cada situación. En cualquier caso, para evitar posibles malentendidos, siempre es bueno prestar atención a una serie de normas básicas a partir de las que propiciar que ni el resto de autocaravanistas ni los lugareños se sientan incómodos con nuestra presencia. Y esto pasa, entre otras cuestiones, por respetar las horas de descanso y por contribuir a que nuestro impacto sobre el entorno sea el mínimo posible. Con ello, no solamente lograremos que nuestro viaje sea el mejor posible, sino que contribuiremos a que cada vez sean más los ayuntamientos que se animen a habilitar áreas pensadas especialmente para satisfacer nuestras necesidades, tanto si nuestro propósito se limita a estacionar como si buscamos acampar.
En este sentido, cabe recordar que, dado que viajamos en un vehículo, podremos pernoctar en cualquier área de estacionamiento, siempre y cuando no existan límites que, en cuanto a masas y dimensiones autorizados, nos lo impidan. Además, habremos de tener en cuenta que no podremos ocupar más de una plaza y que, por supuesto, no podremos desplegar ningún elemento fuera del contenido de la autocaravana, ni siquiera el peldaño de acceso al interior, puesto que desbordaría su perímetro.
Tampoco podremos utilizar las patas estabilizadoras; si bien, en algunos casos, podría estar justificado el uso de calzos, a fin de garantizar su retención en pendiente y de evitar, con ello, males mayores.
Asimismo, no nos estará permitido emitir fluidos distintos a los usuales de cualquier automóvil, ni proceder al vaciado de aguas allí donde nos encontremos. Habremos de acudir para hacerlo a cualquier área en ruta, que, situadas en gasolineras, suelen ofrecernos distintos servicios adecuados a nuestras necesidades, como el de recogida de aguas grises y negras y el suministro de agua potable.
A mayores, hemos de tener en cuenta que, si optásemos por estacionar en espacios que no estén pensados específicamente para autocaravanas, habremos de evitar generar ruidos; y esto implica, entre otras cuestiones, que no podremos poner en marcha generadores eléctricos. Y es por ello que los autocaravanistas buscamos siempre que nuestro comportamiento sea ejemplar, dado que, gracias a ello, cada vez más ayuntamientos se animan a crear espacios adaptados a nuestras necesidades; en los que, por supuesto, habremos de continuar manteniendo la conducta que de nosotros espera la comunidad de autocaravanistas, respetando tanto el descanso de los compañeros de área como el espacio que compartimos, a fin de que, a nuestra partida, su aspecto sea incluso mejor que el que disfrutamos a nuestra llegada.
El respeto al entorno y al medio ambiente es un objetivo común en el que trabajar; y, de hecho, las distintas asociaciones de autocaravanistas que hay en España, organizan ocasionalmente actividades de apoyo a distintas iniciativas ecológicas y de sostenibilidad ambiental, logrando, con sus convocatorias, una gran participación de sus socios, que, por ejemplo, se apuntan masivamente a la limpieza de playas y de otros entornos de interés paisajístico.
Tener en cuenta estas recomendaciones es fundamental tanto para los novatos como para los más veteranos, puesto que, debido al coronavirus, buena parte de la actividad turística está vinculada este año al alquiler de autocaravanas. Por tanto, los amantes del caravaning tenemos ahora una oportunidad única para demostrar que siempre sabemos estar a la altura; y de lograr, con ello, que nuevos ayuntamientos se sumen a la iniciativa de habilitar espacios pensados para el autocaravanista, que ya ha comenzado a contribuir a mejorar las expectativas de muchos lugares en cuanto a la llegada de turistas, especialmente la de aquellos que temen compartir zonas comunes en establecimientos hoteleros y que ven en la autocaravana la mejor opción para festejar el fin del confinamiento.
Por este motivo, desde Yakart Aurocaravanas estamos prestando una especial atención al asesoramiento, especialmente en el caso de nuestros clientes más novatos, a fin de que cuenten con toda la información necesaria para solventar cualquier situación a la que hayan de enfrentarse: desde el vaciado de las aguas grises hasta otro tipo de cuestiones que podrían llegar incomodar a cuantos los reciban o convivan con ellos y en las que, por desconocimiento, podrían incurrir, ocasionándoles así algún disgusto. Es el caso, por ejemplo, de los que aparcan en primera línea de playa o de los que no favorecen la rotación, algo fundamental para que turistas y lugareños podamos disfrutar al máximo de nuestro tiempo libre.